¿Cómo se tratan los tumores renales?

¿Cómo se tratan los tumores renales?

Los tumores renales, masas que se forman en el riñón, surgen del epitelio del túbulo proximal. Diversos factores genéticos y ambientales influyen en su formación. El tabaquismo, el alcohol, la hipertensión y el consumo de drogas son algunos de ellos.

Con el uso generalizado de métodos de imagen en los últimos 20 años, las masas pueden visualizarse incluso cuando son pequeñas y permitir un diagnóstico precoz. Si bien antes se definían como la tríada típica de dolor, sangrado y masa abdominal, hoy en día aparecen incidentalmente en la ecografía o la tomografía sin síntomas. Por lo tanto, es importante realizar revisiones cada 3 años después de los 40 años y cada 2 años después de los 50 para un diagnóstico precoz.

Las masas renales se clasifican según su tamaño. Las masas de hasta 4 cm se clasifican en la clase T1a y se consideran en la etapa más grave. Las masas de entre 4 y 7 cm se clasifican en la clase T1b, y las mayores de 7 cm, en la clase T2. Dependiendo de la relación de la masa con los tejidos circundantes, factores como la afectación vascular, la afectación del tejido graso alrededor del riñón, la penetración de la fascia de Gerota y la afectación de la glándula suprarrenal cobran importancia en la estadificación.

El tratamiento para masas renales pequeñas, especialmente aquellas de hasta 4 cm diagnosticadas precozmente, consiste en una nefrectomía parcial, en la que se extirpa la masa y se conserva la parte restante del riñón. El hecho de que la masa se encuentre en la corteza de la capa externa del riñón y crezca hacia afuera facilita el proceso. Para masas ubicadas en la médula, la parte interna del riñón y cerca de sus vasos, la cirugía puede ser un poco más difícil y puede resultar en la extirpación de la mitad o la totalidad del riñón.

Se aplica un tratamiento similar para masas de entre 4 y 7 cm. Nuevamente, se evalúa la ubicación y su relación con los tejidos circundantes y se decide si se realizará una nefrectomía parcial o radical. En ocasiones, la decisión puede cambiar durante la cirugía. Un proceso aparentemente sencillo puede volverse difícil, o un proceso aparentemente difícil puede completarse fácilmente. Por lo tanto, se obtiene el consentimiento del paciente para la nefrectomía radical antes de la cirugía. Incluso si se decide por una nefrectomía parcial, esta puede optarse por evitar el riesgo de sangrado que podría poner en peligro la vida del paciente.

La nefrectomía radical puede realizarse por vía laparoscópica o robótica. También puede realizarse mediante cirugía abierta. Las cirugías cerradas ofrecen ventajas como incisiones más pequeñas, menor corte muscular durante la incisión necesaria para extirpar el riñón, una cicatrización más fácil y rápida de la herida y una reincorporación más rápida a la vida diaria.

La nefrectomía parcial también puede realizarse por vía abierta o laparoscópica/robótica. La nefrectomía parcial garantiza que no se extirpe todo el riñón, que el riñón restante siga funcionando y que el paciente esté más sano y pueda sobrevivir al tratamiento con mayor facilidad ante futuras enfermedades renales. En la nefrectomía parcial, la masa se puede extirpar junto con su cápsula o, si la cápsula no es visible, se puede extirpar parte del tejido del riñón para extirpar la masa. La parte restante del riñón se cierra con puntos de sutura, y generalmente se colocan sustancias auxiliares entre ellas para facilitar la cicatrización y reducir el sangrado. Esto se puede observar en las tomografías de seguimiento posteriores.

Si no se detecta una masa sospechosa o específica en las imágenes preoperatorias, no es necesario realizar una disección ganglionar. Si se detecta durante la cirugía, también se extirpan los ganglios linfáticos de la región hiliar. Si no se observa afectación de la glándula suprarrenal en las imágenes preoperatorias, esta se preserva y no se extirpa durante la cirugía.

El tipo de tumor se determina en el informe patológico posterior a la cirugía y, según el tipo, se requieren seguimientos periódicos y, en ocasiones, tratamientos adicionales. Un tumor típico probablemente sea el carcinoma de células claras. Otros tipos son diferentes, como el papilar y el cromófobo. Se pueden considerar diferentes esperanzas de vida según el tipo.

Alrededor del 20% de las masas renales pequeñas son benignas. También existe un tipo benigno más grande que se puede reconocer mediante imágenes por su aspecto típico de rueda. Además, en casos sospechosos, se puede considerar una biopsia renal.